El premio a la sostenibilidad otorgado en los Building and Architect of the Year Awards 2018 ha recaído en otra vivienda realizada con contenedores de envío, Ringsend Container House, un proyecto de LID Architects en un barrio en el corazón de la zona portuaria de Dublín.

La vivienda, situada en una calle tranquila de carácter residencial, destaca en su entorno por la honestidad material de su fachada exterior, en la que se muestran con rotundidad los contenedores utilizados en su construcción.
Se trata de una casa de dos plantas, para la que se han utilizado un total de 7 contenedores, 3 en planta baja y cuatro en la planta primera, uno de ellos volado sobre la planta inferior, creando un porche de acceso cubierto, utilizado como garaje y como terraza exterior, como prolongación del espacio de día interior contiguo.
El acceso a la vivienda se produce por el testero opuesto, desde otro espacio exterior de transición delimitado por la valla perimetral de la parcela.
Tras acceder a la vivienda, encontramos un espacio diáfano donde se dispone el salón-comedor-cocina, totalmente integrado y abierto. En primera instancia se encuentra el salón, quedando el comedor y la cocina situados en la banda paralela al testero opuesto, a la terraza exterior.
En una banda opuesta a la fachada principal se encuentran los espacios compartimentados, que albergan un baño y el núcleo vertical de comunicación con la planta superior, una escalera de peldaños compensados de madera contrachapada que ocupa un espacio mínimo en planta.
En el segundo nivel se disponen 3 dormitorios, distribuidos en un espacio donde la huella de los contenedores desaparece por completo.
Además, el proyecto prevé la ampliación futura de la vivienda, aprovechando la flexibilidad otorgada por la construcción con contenedores, añadiendo una tercera planta que dispondrá de un espacio habitable diáfano y una cubierta ajardinada transitable.
Con ello, la vivienda contará con un total de 158 m2 distribuidos en 3 niveles, sobre un solar de tan sólo 70 m2.
La materialidad del cerramiento destaca por la robusta estética del acabado de acero de los contenedores. Contrasta la parte ciega del cerramiento, con el acabado mate rojizo del óxido de los contenedores, con las superficies acristaladas de las ventanas de corte vertical, que barren toda la altura de la planta, con los marcos y herrajes de acero galvanizado con acabado en brillo.
La rejería metálica que materializa el cierre de ambos accesos también apuesta por el acero galvanizado, acorde con la estética del resto de la carpintería exterior y la estructura portante.
El vallado perimetral de la parcela se realiza con chapa crecada de acero corten, que homogeneíza en este caso con la materialidad del cerramiento de la fachada.
Los acabados interiores son lisos y neutros, con paramentos y techos blancos y panelados de cocina de madera clara.
Se mantiene así mismo un toque industrial en el color gris de los pavimentos y en el cableado visto de las luminarias, sin perder por ello la sensación de confort ambiental.
También algunas piezas de mobiliario hacen referencia al origen industrial de la construcción, como es el caso de la mesa del comedor, hecha de tablas de andamios.
Imágenes: Ruth Maria Murphy, Erika Luka and Gareth Byrne