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Posts Tagged ‘viviendas en contenedores maritimos’

Esta pregunta va dirigida a todas esas personas que tienen un terreno en una urbanización o en el campo. ¿Merece la pena transformar un contenedor en una vivienda? ¿Cuáles serian las ventajas y desventajas con respecto a la construcción tradicional?

¿Las casas contenedor son realmente más baratas que una de construcción tradicional?

Merece la pena convertir un contenedor en una casa

Desde Contenhouse os indicamos que sí. La cantidad de dinero siempre va a ser inferior que la de adquirir una vivienda tradicional y encima las casas contenedor van a tener unas calidades de acabados superiores.

El desembolso estaríamos hablando dependiendo de los acabados sobre 900 euros el metro cuadrado mientras que el precio medio por metro cuadrado construido en España fue de 1337 euros, lo único que varía mucho dependiendo de la zona del país, por ejemplo en Madrid se sitúa en 2306 metros cuadrados.

Para realizar una vivienda con contenedores los plazos están en 3 o 4 meses, en cambio una vivienda realizada de manera tradicional esta en 1 año y medio.

¿Podemos conseguir una estética tradicional por fuera y por dentro?

Se pueden emplear diversas técnicas para recubrir el exterior desde fachadas ventiladas, Sate, etc, se puede conseguir diversos acabados y conseguir ocultar los contenedores sin poder diferenciarlo de otra vivienda.

El interior se puede realizar a la carta con los acabados que el propietario desee pudiendo personalizarla al 100 %.

¿Cómo conseguir que una casa contenedor tenga una buena eficiencia térmica?

Desde Contenhouse hemos desarrollado un sistema para conseguir una certificación energética A, para ello se aísla todo el interior con 10 cm de fibra de madera con su correspondiente barrera de vapor, también el recubrimiento exterior que se elija es importante para cumplir con el coeficiente térmico.

¿Es posible comprar nosotros mismos un contenedor marítimo y adecuarlo para ser nuestra casa?

Contenhouse lleva ya muchos años trabajando y aprendiendo del sistema de construcción con contenedores marítimos, está claro que con esfuerzo, ilusión y dedicación todo se puede conseguir en esta vida.

Nosotros animamos a toda persona emprendedora y que quiera realizarse ellos mismos su vivienda con contenedores marítimos, para que os hagáis una idea si merece la pena construir con contenedores, un ISO 40 HC suele valer 2.100 euros (30 m2), os dejamos el enlace de esta empresa que vende contenedores marítimos por si os animáis a realizar la vivienda vosotros mismos: www.ventacontenedores-maritimos.com

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A continuación os mostramos un proyecto realizado con contenedores maritimos para realizar seis apartamentos formado por dos contenedores cada apartamento, entre ellos se instalaron unas escaleras para acceder a los diferentes plantas y apartamentos.

Cada apartamento consta de cocina, baño completo, sala estar, una habitación y una terraza con espectaculares vistas al mar.

CONTENHOUSE realiza casas contenedor ya sean unifamiliares como en edificios.

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Si eres un fanático de las casas en contenedores de transporte, entonces te encantará esta casa. Rosie ha construido una increíble casa sin conexión a la red con cinco contenedores de 20 pies.

Las dimensiones de un contenedor de 20 pies son: 5,898 metros de largo x 2,352 metros de ancho x 2,393 metros de alto. Admite una carga de alrededor de 28 toneladas (28.000 kg).

Lo mejor de todo es que esta casa está completamente desconectada de la red, con energía solar, recogida de agua de lluvia e incluso un inodoro de vermicompostaje, lo que significa que nunca más tendrá que ver una factura de electricidad o de agua.

Esperamos que disfrutes de la visita completa a esta original casa construida en contenedores de transporte.

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A continuación os dejamos el diseño de una oficina en un contenedor maritimo ISO 20.

OFICINA REALIZADA EN UN CONTENEDOR MARITIMO ISO 20

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Mientras crecen las perspectivas por la construcción modular,  incluso Carabias estuvo a punto de alojar la primera fábrica de producción de paneles,  en un proyecto fallido que luego se ha trasladado a Aranda de Duero (Burgos),  a Segovia ha llegado la tendencia de la  ‘Container house’,  la casa diseñada y construida a partir de material reutilizado y reciclado. En este caso,  tres contenedores de mercancías marítimas permitirán levantar una vivienda de tipología popular en Navafría, adaptada a la normativa urbanística de la zona.

Este proceso constructivo de la arquitectura doméstica con parámetros de economía circular,  permite que el dinero ahorrado con el reciclaje se invierte en la adquisición de sistemas de persianas o instalaciones de calefacción de mayor calidad. El precio de un contenedor marítimo, dependiendo del uso y las medidas, puede oscilar de media entre los 1.700 y los 4.500 euros.

Imagen del montaje de los contenedoresImagen del montaje de los contenedores – Foto: D.S.Dos contenedores marítimos de 12 metros de largo por 2,5 de ancho,  más otro de seis metros de longitud y la misma anchura, sirven de estructura para una vivienda unifamiliar de 80 metros cuadrados, con un presupuesto aproximado de unos 60.000 euros, aunque si se hubiera llevado a cabo con el sistema tradicional, habría ascendido a unos 90.000 o 100.000 euros. El tiempo en ejecutar el proyecto también se reduce considerablemente, si la previsión normal sería de un año, el trabajo podría estar terminado en unos seis meses. 

La elección de la parcela es muy importante, teniendo en cuenta que una vivienda modular no se puede colocar en determinados espacios porque hay ordenanzas urbanísticas que fijan el ancho y largo de fachada, que en este proyecto son los valores que marca el contenedor.  En este caso se trata de una parcela amplia, en ladera, con vistas a la sierra. Independientemente de que luego haya que enfoscar o colocar una cubierta inclinada, siguiendo la normativa, hay un volumen muy preestablecido. 

A los arquitectos les llegó el proyecto tras el primer confinamiento, donde se comenzó a popularizar salir de las grandes ciudades, el teletrabajo y acercarse a la ‘España vaciada’, a la naturaleza, en una especie de huída que, aunque menor, sigue siendo una tendencia. 

Alzado de la viviendaAlzado de la vivienda – Foto: D.S.Aunque los contenedores se pueden comprar nuevos, en esta ocasión ya han tenido un uso marítimo, primando también el concepto verde de reutilización de materiales.  Se convertirán en una casa ‘normal’,  hablando en términos tradicionales. Se trata de una vivienda de planta baja, con dos dormitorios, salón cocina-comedor y un hall de entrada para acceder a la escalera, más el bajo cubierta, donde se ubica una habitación con baño-aseo, y una terraza, con unas vistas espectaculares.

En total unos 80 metros cuadrados habitables, partiendo que los dos contenedores más largos se separan entre sí unos 90 centímetros para asumir los seis metros que mide el que va colocado arriba y poder cumplir la normativa. González matiza que «tiene que ser un volumen plano, no permite que el bajo cubierta vuele». 

¿Dónde están las ventajas?. Los arquitectos señalan que lo que aportan los  contenedores es la estructura, por lo que el ahorro se concentra en la mano de obra y el material, lo más caro. Esta casa de Navafría, construida en ladrillo, podría costar en torno a 90.000 o 100.000 euros y podría salir en 60.000,  depende de lo que pidan los clientes,  que apuestan por calidades media-altas. Así, lo que pueden ahorrarse con el contenedor se invierte en acabados, como grandes ventanales que elevan presupuesto en vidrio. Aunque se  va por el lado de la austeridad, probablemente costaría la mitad de precio de una casa de la misma superficie con medios tradicionales de construcción. 

La obra ha comenzado hace dos semanas, una vez replanteados los huecos para la cimentación. Partiendo de que el hormigón hay que dejarlo descansar casi un mes, mientras que pasa ese tiempo, se van abriendo los huecos y modificando los contenedores, colocando los marcos, operación a la que le sigue el montaje del contenedor de arriba. Previamente se ha ensayado el hormigón y se sabe que ha adquirido resistencia.  En este plazo ya se cuenta con la cimentación y la estructura de la casa, lo que no sería menos de dos meses, en condiciones normales. A partir de que esté montada la estructura, el ritmo se va normalizando comparado con una vivienda tradicional. El oficio principal en esta primera fase es el del herrero, artesanal, que modifica los contenedores, para abrir huecos, reforzar en las zonas sea preciso y la formación de la cubierta. Los tabiques se proyectan en pladur, siempre pensando en una economía circular, sostenible.  

Procurarán hacer ‘gestos’ para que se reconozca cierta singularidad, pero insisten en que el aspecto último de la casa será el de una vivienda popular de Navafría, con un enfoscado de fachada tradicional con tierra de la zona.  La climatización se basa en aerotermia con posibilidad de combinar en un futuro con geotermia en un entorno dominado por la domótica para poder controlar a distancia desde la temperatura a la luz que entre por la ventanas cuando se levantan las persinas, acondicionamiento pasivo,  basado en la  eficiencia energética por la orientación, con aislamiento en el exterior de las cajas de los contenedores.

Para llevar a cabo una ‘Container house’ la burocracia administrativa no cambia, desde la elaboración del proyecto hasta la licencia municipal, igual que si fuera de módulos de hormigón o de ladrillo. Lo que se reduce es la mano de obra y los costes, además de imprimir más rapidez en la ejecución del proyecto. Puede que, al ser la primera experiencia en Segovia, se pueda estar pagando la novatada,  explican los arquitectos,  pero están iniciando el ‘boom’ de la vivienda modular, aunque ahora sus clientes anden preocupados por lo que piensen los vecinos cuando vean aún en el solar, en un entorno verde, en plena primavera, tres contenedores marítimos.

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Casa de vacaciones en contenedores maritimos

Como podeis observar en esta foto con los contenedores maritimos se pueden realizar una casa de vacaciones bien elegante, sencilla y a un precio muy economico.

Desde CONTENHOUSE podemos realizar viviendas en zonas aisladas sin enganche a las redes de abastecimiento de agua y luz, asi como en terrenos urbanos ya que cumplen con el Codigo Tecnico de la Edificación.

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Riparide

Cuando una pareja de diseñadores se ponen manos a la obra para crear un nuevo concepto de hogar, las cosas pueden salir bien. En este caso fue así. Nos referimos al trabajo desarrollado por AMy Plank y Richar Vaughan, diseñadores de la empresa de casas modulares Modhouse, con sede en Australia.

Fue un viaje de 2015 a Londres y Cornualles lo que hizo que Amy Plank y Richard Vaughan, diseñadores de la empresa de casas modulares Modhouse, lo que hizo que reflexionaran sobre la idea de hogar. La joven pareja quería un hogar que les permitiera tener el control de sus propias decisiones de vida. Pero, al mismo tiempo, querían evitar cargar con una gran casa y muchas deudas, por lo que la pareja decidió diseñar y construir una pequeña casa contenedor que les permitiría vivir la vida de acuerdo con esas convicciones.

“Las conversiones de contenedores de envío pueden haber existido por un tiempo, pero en Modhouse, sentimos que lo hemos llevado al siguiente nivel. Con características sostenibles, acabados muy agradables estéticamente y distribuciones bien pensadas, podemos diseñar y construir una casa de tamaño reducido que se adapte a todas necesidades”, afirman en la web de la empresa.

Con estos objetivos, Amy y Richard se propusieron diseñar una casa compacta, sostenible y rentable en una finca de poco más de dos hectáreas en South Gippsland, Victoria. Y el resultado salta a la vista. A pesar de sus pequeñas dimensiones, apenas 50 m2, el diseño y las comodidades no faltan. Y, por si fuera poco, el entorno en el que se ha levantado este pequeño hogar es absolutamente envidiable.

La vivienda se ha construido a partir de tres contenedores de casi 18 m2 cada uno de ellos. Los tres espacios, aunque independientes, quedan conectados por dos eslabones que actúan a modo de pasillos, en los que se encuentran el área de lavandería y un espacio de almacenamiento adicional. El revestimiento, con pintura Colorbond, cubre el exterior, mientras que la ceniza plateada rodea las ventanas y puertas.

El revestimiento adicional agrega eficiencia térmica para la casa con una excelente calificación energética. Hay tres capas de aislamiento entre el revestimiento Colorbond y las paredes del contenedor, tres capas entre eso y las paredes interiores, y dos capas más en el piso y el techo.

Un sistema de recolección de agua de lluvia permite a la pareja recolectar agua en tanques grandes conectados a la parte trasera de la casa, mientras que los paneles solares en el techo retroalimentan a la red principal.

La elección de materiales también se basó en criterios de sostenibilidad, por lo cual se eligieron de bajo impacto, como la madera certificada FSC, sin formaldehído y sellador natural en paredes y pisos. Todo ello obtenido en el mercado local.

La pareja también quería que la casa se mezclara con el entorno, eligiendo un tono gris para el exterior. En el interior, las paredes y techos de madera contrachapada Ecoply y los suelos de roble de Tasmania aportan calidez y textura que contrasta con el elegante revestimiento exterior.

Desde fuera es casi difícil imaginar que la casa está construida con contenedores de envío. El patrón escalonado de los contenedores ha creado un aspecto arquitectónico llamativo en el hogar y el revestimiento exterior oculta casi toda la evidencia de los contenedores que se encuentran detrás.

Blanca y práctica
Cocina / Riparide
Con cabecero y su propia iluminación
Dormitorio / Riparide
Un espacio multifuncional
Minidespacho / Riparide
Con escalones a la entrada
Exterior / Riparide
Al lado de la cocina
Comedor / Riparide
Una ventana para potenciar la luz natural
Cocina / Riparide
Bajo el cochón y en el cabecero
Almacenaje extra / Riparide
Con un toque retro
Baño / Riparide
Abierta y espaciosa
Ducha / Riparide
La lavadora, independiente
Zona de colada / Riparide
Un sofá con almacenaje

Si quieres realizar y diseñar la casa de tus sueños con contenedores maritimos, Contenhouse es la empresa adecuada.

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Construir un garaje a partir de un contenedor es bastante simple. Si le alcanza con una sola área de estacionamiento y un espacio limitado para salir del automóvil, un contenedor de 20 pies será suficiente. Tampoco tiene que hacer ningún ajuste especial, sólo necesita una plataforma para que pueda conducir en ella. Sin embargo, también hay soluciones mucho más cómodas como la que se muestra a continuación para dos coches, construida con dos contenedores de cuarenta pies.

Un garaje a partir de un contenedor

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Common Ground es el primer y mayor complejo comercial del mundo construido a base de contenedores de mercancías. Situado en Seúl, en su construcción se han usado 200 contenedores, redefiniendo así los convencionalismos de las plataformas de venta al por menor. El complejo cuenta con dos edificios, el Street Market y el Market Hall, ambos diseñados en base a la arquitectura de containers (puedes ver más sobre este tipo de construcciones en http://www.contenhouse.com), pero con características diferentes. Los contenedores del Street Market están dispuestos de modo sobresaliente, destacando los módulos individuales y consiguiendo un mayor impacto exterior para atraer la atención de los transeúntes. Por su parte, el Market Hall está construido a base de grandes módulos de 12 metros que se utilizan como cabinas de compras independientes. El uso de módulos del mismo tamaño que el vestíbulo ha facilitado la creación de un área de terraza descubierta en la parte superior.

Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017

Desafío arquitectónico

La construcción de esta gran plataforma comercial de 5.300 metros cuadrados supuso todo un desafío arquitectónico para el estudio responsable del proyecto, Urbantainer. La arquitectura a gran escala a base de contenedores es habitual en proyectos más reducidos, por lo que probar su viabilidad económica y práctica a gran escala fue desde el principio el principal objetivo. Por otra parte, desde el estudio se quiso demostrar que las percepciones normalmente asociadas a este tipo de construcciones estaban distorsionadas: “La percepción pública de los contamines —hasta la apertura de Common Ground— era negativa, asociados siempre a estructura temporales provisionales y, normalmente, construidas sin permisos, poca seguridad contra incendios o incluso como casas para gente con pocos recursos. El desafío consistía no sólo en crear una imagen de marca positiva, sino también en demostrar que esas percepciones eran inexactas”, comentan los responsables.

Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017

Diseño integrado y cultura callejera

El trabajo entre especialistas de diferentes ámbitos ha hecho posible la fusión entre el diseño del espacio y el concepto de marca. Partiendo del lema Creative Connection, toda la estructura se ha proyectado como un gran espacio abierto permite la existencia de escenarios de uso multifuncional, facilitando la conexión de personas con personas, marcas con personas y marcas con marcas. De esta forma, el estudio sienta las bases de un programa cultural basado en el intercambio y en un modo de entender la cultura callejera. Por otro lado, desde un punto de vista de diseño estructural, y para mantenerse fieles a esa transmisión de la cultura callejera, se han dejado al descubierto determinados elementos de la construcción modular como las vigas y las zonas de unión entre los módulos, enfatizándolos como elementos importantes del diseño interior. Todas las áreas están abiertas para eventos culturales, creando así un espacio en el que los visitantes no sólo consumen, sino que participan activamente.

Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017

Estructuras móviles, económicas y beneficiosas medioambientalmente

La forma en que los módulos están diseñados permite su reutilización una vez son desinstalados, facilitando así la creación de nuevos modelos de negocio: “La tierra puede ser alquilada por un tiempo limitado, sin tener que ser comprada, de modo que se reducen drásticamente los costes. Además, esto también significa menos riesgo, facilitando así la posibilidad de probar conceptos nuevos”, defienden desde el estudio. La construcción modular prefabricada, comparada con los métodos habituales de construcción, cuenta también con algunos beneficios medioambientales: ahorra un 50% de tiempo, un 15% de costes y reduce las emisiones de CO2 en un 60%, además de permitir el reciclaje de los contenedores.

Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017
Common Ground, Urbantainer, 2017

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El edificio que se construirá junto a Glòries.

Los pisos prefabricados del gobierno municipal barcelonés para personas vulnerables hechos con contenedores marítimos reciclados van con retraso, pero cogen al fin carrerilla. Cuando el Ayuntamiento los presentó en 2018, prometió más de 90 ese mismo año, divididos en tres edificios, pero desde entonces, solo se ha construido un bloque en Ciutat Vella, con 12 viviendas. La concejala de Vivienda y Rehabilitación, Lucía Martín, ha atribuido este martes la demora a «dificultades para encontrar empresas preparadas» para un proyecto tan «innovador», pero ha anunciado que finalmente las otras dos edificaciones prometidas en 2018 serán una realidad en dos años. Entonces Barcelona tendrá 94 pisos de este tipo, casi siete veces más que ahora.

Uno de los bloques se situará en Sant Martí, tendrá 42 viviendas y estará terminado a principios de este año. El otro, en Sants, contará con 40 pisos y se prevé acabarlo a principios de 2023. https://027d382cc534ae5ae17ac663652cba7a.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html?n=0

Las viviendas alojarán temporalmente, antes de que se les adjudique un hogar definitivo, a ciudadanos en situación de emergencia habitacional, jóvenes y familias monoparentales. De esta temporalidad viene su nombre oficial, Alojamientos de Proximidad Provisionales (Aprop). Tendrán capacidad para unas 200 personas y costarán 10 millones de euros.

El edificio de Sant Martí, cuya construcción ya se ha adjudicado, se levantará en un solar entre los números 33 y 41 de la calle Bolívia, junto a la plaza de las Glòries. Se comenzará a construir antes del verano, supondrá una inversión de cuatro millones de euros y dispondrá de 42 alojamientos. De estos, 35 tendrán 52,7 metros cuadrados y dos dormitorios, y el resto, 25,8 y un dormitorio, lo que se traduce en una capacidad para unas 110 personas. La mitad de los pisos serán para familias a la espera de viviendas de la Mesa de Emergencia y el otro 50% se destinará a jóvenes.

En cuanto al edificio de Sants, Martín ha señalado que este martes se ha conocido el proyecto arquitectónico ganador, después de que el Ayuntamiento recibiera 26 propuestas. Se empezará a construir en el segundo trimestre de 2022 en el barrio de La Bordeta, en la avenida Carrilet, entre Riera Blanca y Badal, y supondrá una inversión de 6.750.000 euros. Si el coste es más elevado que el que tendrá el de Sant Martí, ha explicado la concejala, es por las «dificultades técnicas» que comporta adecuar el solar donde se levantará. Una imagen virtual del interior de los pisos de Sants.Una imagen virtual del interior de los pisos de Sants.AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

El bloque tendrá 24 pisos de dos dormitorios (56 m2) y 16 de uno (44 m2), y podrán vivir en él unas 90 personas. El 50% de las viviendas serán para ciudadanos en situación de emergencia habitacional y el otro 50%, para familias monoparentales.

Martín ha apuntado que estas últimas y los jóvenes que se alojen en el edificio junto a Glòries «nunca pagarán de alquiler más del 30% de los ingresos de la unidad familiar». Para las personas a la espera de un piso de la Mesa de Emergencia, el coste variará en función de su situación.

Por otro lado, la concejala ha destacado algunas de las ventajas de este tipo de bloques prefabricados. Entre ellas está que el tiempo de trámites y construcción para hacerlos realidad es mucho menor que el de los tradicionales, que puede ser de entre seis y siete años. También que se reduce el impacto medioambiental y acústico de las obras.

Como contrapartida, señaló la alcaldesa, Ada Colau, cuando se presentó el proyecto Aprop, «su vida es más corta» que la de los edificios de toda la vida –el Ayuntamiento prevé alquilar las viviendas por ciclos de seis años y que duren un mínimo de dos ciclos–.

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